Tu Espacio de Meditación.

Todos tenemos un espacio al que no todo mundo tiene acceso. Tu habitación o espacio de meditación debe tener una temperatura cálida y estar bien aireado especialmente si usas velas o incienso. Mantenerlo limpio y austero ayudará a mejorar tu concentración. El color es muy importante para el ambiente de la habitación en la que meditas; algunos prefieren la simplicidad del blanco, pero tú podrías preferir un azul pálido, por ejemplo.

Te sugerimos también crear un simple altar angélico como punto de enfoque o ten a la mano un producto natural como un hermoso cristal.

Practica la meditación siempre en el mismo lugar y con un horario regular; los momentos más propicios son el amanecer y el atardecer. Ponte cómodo usando almohadillas, cojines, alfombras o incluso una silla confortable. Asegúrate de que el ambiente esté suficientemente cálido, si tienes frío, cúbrete con una manta. Asegúrate de no ser molestado y por lo menos concédete una hora. Y lo más importante ¡Disfruta el momento!.